"The litle walk of a dog"

Viajar no es escapar, es acercarse. Y los viajes no son los lugares que visitas; son lo que somos. Al viajar, te conoces.

jueves, 21 de octubre de 2010

Km 1350 Choquequirao 0 - Mochileros 3 . Victoria!!

Creo que lo unico que no me duele son los dedos, asi que puedo escribir. Nos dijeron que Choquequirao es como el Machu-Pichu pero sin turistas. Y ahora entiendo porqué va tan poca gente. El camino es una pesadilla: 66 kilometros de puras cuestas, piedras, subidas, más piedras y más subidas. La poca gente que se atreve lo prepara con mucha antelación, entrena, lleva guía y, sobre todo, lo hace en 4 ó 5 días. Nosotros lo preparamos la tarde antes, no contratamos guía y lo hicimos en tres días. Y seguimos vivos. Jódete Choquequirao!!
La salida ya nos avisó de lo que nos encontraríamos. Después de un par de horas de bus, una caravana enorme en medio de la montaña. "Derrumbe amigos, hay que esperar a que limpien el paso", nos dice todo feliz el conductor. Viendo la magnitud del derrumbe, nos dimos cuenta de que tardarían mucho en limpiarlo, así que decidimos cruzar al otro lado a pie y buscar allí a alguien que nos llevara. Yo iba de último, y cuando estabamos llegando al otro lado, toda la gente que se agolpaba allí empezó a gritar como loca. Se me pusieron los huevaldres de corbata, pensé que había otro corrimiento de tierra y que me iba a pillar en medio. Pero sólo era Fran, que se había hundido en el barro.La gente se escojonó. Después de que se limpiara, seguimos el camino.


Cruzando el derrumbe
Llegamos a Cachora, el pueblo más cercano a las ruínas, y allí conseguimos alquilar un caballo por un precio bastante módico para que nos llevara las mochilas. Nadie quería dejarnos ir sin guía: "los gringos no saben de caballos amigo". Al final encontramos al señor Pedro, que nos enseñó lo básico, y así es como partimos Magnus "sueco loco", Fran, Lucero "caballo débil" y yo. Las primeras horas eran todo felicidad, nos sentíamos como Indiana Jones en busca del arca perdida. Tranquilo majete, que todo se pasa. El camino, lo dicho: subidas, bajadas, subidas y más subidas por caminos de cabras atravesando el cañón más profundo del mundo. Conseguimos llegar al primer campamento justo al anochecer. Estaba al borde del río sagrado de los incas, el Apurimac, y desde allí podíamos ver ya las ruínas, en lo alto de la siguiente montaña. Montamos la tienda, nos bebimos una botella de ron alrededor de una hoguera, y nos quedamos dormidos placidamente sin saber lo que nos esperaba al día siguiente.


Viajero ante un mar de niebla
 Lucero no estaba en condiciones de seguir, sangraba por el lomo y parecía no poder ni respirar. Don Pedro nos la dió con queso. Así que cojimos lo básico y dejamos la tienda y al caballo en el campamento, con la intención de ir hasta las ruínas y volver en el mismo día. Cuando se lo comenté al dueño me miró con una cara que reflejaba incredulidad, pena y risa al mismo tiempo. Le pregunté si se podía hacer en un día, y me dijo: "Hombre, poder se puede...". Exacto, poder se puede, si tienes los gemelos de Roberto Carlos y los pulmones de Indurain. O si eres tan cabezón como nosotros.

Fran con la energía, Lucero y yo

Desde el río a la cima hay casi 2000 metros de desnivel. Las 6 horas más duras de mi vida, sin un sólo tramo de terreno llano para cojer aire. Y el loco de Magnus, que había salido un par de días antes del hospital por una pulmonía, fumando cada parada y bebiendo ron. La poca gente que pasaba flipaba con nosotros. Conseguimos llegar, a duras penas, pero llegamos. Ya solo quedaban 2 horas más bordeando la cima. Nos sentamos a respirar al lado de un campamento, y uno de los guías nos trajo una sopa que debía estar hecha con costilla de Dios, porque sabía a gloria. Creo que le dimos entre pena y orgullo. Nos contó que esta ruta es de Nivel 5, de un máximo de 6, y que la ruta inca del Machu Pichu es un 2. Ahí acabamos de darnos cuenta de donde nos habíamos metido. Pero ya no había vuelta atrás.
Llegamos a las ruínas. Sin palabras. Gritamos y nos tiramos con una sonrisa de victoria y felicidad. Construir una ciudad en un sitio así, entre las nubes, sin carreteras, ni vehiculos ni herramientas me parece simplemente sobrehumano. Para mi, solo llegar hasta allí es todo un reto. Paseamos solos entre las ruinas, salió el arco iris, vi un condor, se divisaba el río al fondo del cañón,... ni un anuncio de coca-cola irradia tanta felicidad como nosotros en ese momento. El problema es que aun teníamos que hacer 16 kilometros de vuelta, y la noche acechaba. Me hubiera quedado días allí, pero no teníamos saco ni nada, y la temperatura baja hasta los 2 grados. Casi mejor volver.

Victoria!!
Por momentos pensamos en pedir asilo en el campamento de la cima, pero al final decidimos echarle huevos y bajar. Por la mitad se nos hizo de noche, así que seguimos linterna en mano hasta el río. Durísimo.Llegamos echos mierda a la tienda. El dueño me miró con una sonrisa y me dice: "No pensé que lo consiguieran amigos, enhorabuena!". Gracias meu. 16 horas andando, ampollas en los pies, dormir en el suelo, y en plena noche...sorpresa! tu tienda alquilada es una mierda y entra agua!! argh...La vuelta fue muy jodida, porque estabamos con las piernas adormecidas del día anterior, las vistas ya las conocíamos y no nos quedaba casi comida. Pero ya solo eran 21 kilómetros...
Ahora que estoy aquí sentado, lo pienso y me río. Me alegro de haberlo hecho. Me reconforta superar un reto así y vivir una aventura que no olvidaré. El guía nos contó que en 10 años Choquequirao desbancará al Machu-Pichu en fama. Llegará el tren, la carretera y habrá hoteles por el camino. Pero como él mismo nos dijo, podremos contar a nuestros hijos que nosotros llegamos hasta allí cuando no había más que un tortuoso sendero al que solo algunos locos se enfrentaban. Cuando nos alejabamos en el cutre-taxi, veía por la ventanilla el nevado que nos observó todo el camino, y me dió la sensación de que un Inca me saludaba desde lo alto y me decía: "Enhorabuena forasteros, superasteis con tesón la prueba de Choquequirao". Quizás deba dejar de mascar coca...

No hay comentarios:

Publicar un comentario