"The litle walk of a dog"

Viajar no es escapar, es acercarse. Y los viajes no son los lugares que visitas; son lo que somos. Al viajar, te conoces.

domingo, 17 de octubre de 2010

Km 1.275 - Ojalá existiera Dios para poder agradecerselo

Vaya, no se por donde empezar. Supongo que por donde lo dejé. Resulta que en Huancayo pagamos dos noches de hostal, pero después decidimos que era mejor pasar la segunda noche en el bus hacia el siguiente pueblo, Ayacucho, para ganar un día y ahorrar una noche de hostal. Le preguntamos al dueño, y despues de llorarle un poco nos devolvió el dinero. Cojimos las cosas y nos fuimos. Pues bien, resulta que si no nos quisiera devolver el dinero y nos quedaramos allí, quizás ahora no estaría escribiendo esto. El bus de la mañana siguiente que hacía el mismo recorrido ( no sabemos si el de la misma compañía),cayó por un precipicio de 200 metros y murireron unas 20 personas. No se sabe el numero exacto porque muchos están desaparecidos, ya que acabó en un río. Sin palabras. Cuando me enteré me pasaron mil cosas por la cabeza. La verdad es que para no creer en Dios (y cagarme todos los día en él), se ve que me cuida bastante.
Por esta razón el viaje a Cuzco se me hizo especialmente duro. Ibamos en la parte de arriba, justo encima del conductor, en los asientos "panorámicos", donde te puedes recostar y tienes una ventana frontal para ver todo. Ibamos comodos. Pero me cagué mil veces en el momento que los cojimos. Tardamos 22 horas en recorrer unos 300 kilómetros por la zona más pobre de Perú, y atravesando los Andes. Un camino  de tierra lleno de baches, curvas y camioneros suicidas, la mayoría del tiempo con un precipicio a un lado. Y aún por encima el que estaba alado de Fran diciendo : "En esta curva cayó uno hace unos años", o "Aquí solían parar el bus los de Sendero Luminoso y mataban a los que desconfiaban pudieran ser policías", y también "A veces los rateros ponen piedras por aquí para parar el bus y robar a todos". Gracias por la información señor. Incluso tuvimos que parar un buen rato en plena noche, porque había habido un desprendimiento, y tuvieron que bajar pico en mano para abrir camino.Normalmente me hubiera acojonado un poco, pero con la noticia fresca en mi memoria las primeras horas se me hicieron un poco agónicas. Después me resigné, me tapé los ojos con el pucho, puse música, y a confiar en la flor de mi culo.
Por eso al llegar a Cuzco las alegrías fueron una tras otra. Salimos por la noche con bastante gente del hostel, y fue un desahogo increíble después del largo camino y de cruzar la zona seguramente más complicada de todo el viaje. Los turistas van hasta cuzo por la costa, en lo que llaman la "Gringo Road". Nosotros fuímos por la ruta alternativa, la de los mochileros de verdad :) , y por donde no ven casi guiris. A pesar de ser duro, fue increíble, ya que la gente es especialmente amable en estas zonas olvidadas. De esto nos dimos cuenta hoy, que recorrimos (con el resacón) la ciudad, y la gente es mucho más borde. Normal, con tanto turista junto, cada cual anda más espabilado para sacarles unos dolares. Es el campamento base para ir al Machu Pichu, por eso está repleto de gringos. Me gustaba más lo otro, más auténtico. Por eso hicimos un cambio de planes de ultimísima hora.
En mi odiado bus, el simpático señor, además de acojonarnos y conversar con Fran durante horas de la realidad de sudamerica y las posibilidades de cambio, nos habló de unas ruínas que nos aseguró son tan bonitas o más que el Machu-Pichu, en el cañón más profundo del mundo. Y lo mejor, sin guiris, ya que todavía las están excavando, además de tener complicados accesos y pocas infraestructuras, por lo que no están casi en las rutas turísticas más conocidas. Se lo comentamos a un sueco que lleva años viajando, y después de ver unas fotos en internet no dudó un momento: "Vamos a prepararlo y nos vamos". Así es como hoy alquilamos una tienda de campaña, nos informamos un poco de como llegar, compramos comida, Y PISTA!  Así que ya os contaré a la vuelta, en principio el jueves, de si es tan bonito o no como el Machu-Pichu, al que esperamos ir el viernes. Ala, me voy a dormir que nos espera un largo camino.


Mal rollo



El sol pega duro en los Andes
Carretereando

Un simpático camionero nos llevó a Wari

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