"The litle walk of a dog"

Viajar no es escapar, es acercarse. Y los viajes no son los lugares que visitas; son lo que somos. Al viajar, te conoces.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Km. 7200 Ché Boludo, que linda la Argentina!

Hace tiempo que no escribo. Pero cuando los astros se confabulan para no dejarte utilizar un ordenador en mínimas condiciones de uso, no hay nada que hacer. Son así los astros. Así que me toca hacer mucha memoria (ya me duele la cabeza) y escribir un mega-post que resuma todo el recorrido por Argentina y principios de Brasil. bufff...
Empezó fuerte la segunda parte del viaje. Costó dejar Chile, pero el recibimiento en Argentina fue espectacular. El asado al que nos invitó el italiano confirmó el mito: la carne argentina es la mejor. Unido a un par de garrafas de vino, que no estaba al nivel de la carne pero se bebía, fernet y la buena companhía, nos quedamos platicando allí hasta... no se. Al día siguiente uno de los trabajadores del hostel que conocimos esa noche, y que tenía el día libre, nos invitó a un día de turismo alternativo. Nos apinhamos los 12 en su camioneta, y pista. La primera parada era en un canal de agua que viene de un gran embalse y que abastece a la ciudad, y donde probamos el "canaling". Consiste básicamente en echarse al agua y dejarse llevar por la corriente por un tramo de 3 kilometros en el que el canal se hace subterráneo, pasando por debajo de una base militar. 5 minutos en los que no ves nada y sólo puedes dejarte llevar, intentando no chocar con las paredes y no tragar demasiada agua en las zonas de rápidos; como un aquapark agreste-alternativo. Por momentos me daba la sensación de estar muerto, porque sólo oía gritos lejanos y me dejaba llevar hacia una luz al final del túnel que se iba haciendo grande...


Poco antes de saltar al canal. Nerviosismo en el ambiente, sobre todo el que no sabía nadar...

La segunda parada fue en una central hidroeléctrica. Justo despues del embalse hay unas compuertas que sueltan agua con mucha fuerza, y la idea era tirarse allí, no ahogarse y dejarse llevar unos cientos de metros más abajo, pasando por el medio de un zoo donde hay leones, monos y otros bichos para entretenerse por el camino. Sonaba tan divertido o más que lo anterior, así que saltamos la verja y allí estabamos dispuestos a remojarnos otra vez cuando una amable policía nos invitó a irnos a nuestra puta casa.Vaya...


El amable policía nos invitó a irnos


Tercera parada en el embalse. Unas cervezas en el bar y andar un par de kilometros por un paraje de acantilados de arcilla y roca bastante bonito. Por tramos había que hacer escalada, momento perfecto para poner en práctica las lecciones de nuestro profesor particular de montanhismo y líder de los Escaladores Nivel Bajo S19T, Jan Holec. Lo bueno es que si caias, acababas en el agua. Lo malo, que llevaba la cámara de vídeo. Nos quedamos en un sitio majo, con buena gente, cerveza fría, calor, un embalse para chapotear y muchos sitios desde donde saltar para adrenalizarse. El chico del hostel, como buen local, nos iba complicando los saltos. El último sólo lo hicimos él, un sueco al que le encanta darse planchazos y yo, que la verdad me cagué un poco, ya que si resbalabas al saltar o no lo hacías con la suficiente fuerza, seguramente te llevarías un feo recuerdo del lugar. Hora de irse, pero no sin antes intentar de nuevo saltar al principio del canal del embalse. Ibamos directos, pero el policía seguía pululando por allí y nos miró con cara de: "Ché, como saltés os recago a palos, pelotudos!"; Indirecta cogida. De vuelta al hostel, recaliento un plato de pasta sobrante, me pongo a comer, y al encender la tele por primera vez en mucho tiempo, el pitido inicial del Barça Villareal en directo, con comentarios de don Mario Kempes. Me encanta que los planes salgan bien, sobre todo cuando no haces planes.
Nos tuvimos que ir de San Juan esa misma noche por un error de principiantes, ya que habíamos comprado el billete al llegar. Nos hubieramos quedado más tiempo, pero no nos cambiaron la fecha los muy pelotudos. Llegamos a Córdoba a las 7 de la manhana, y después de andar una hora enmochilados y somnolientos en el odioso trámite de buscar una cama donde dejarse caer, encontramos un hostel barato. Justo salía un bus para ir a ver la casa del Ché y un pueblecillo de las afueras. Vamos!


Con el traje con el que el Ché luchó en Cuba
El Ché decía que no tenía casa ni patria. El único lugar que reconoció fue una casa en el Valle de Alta Gracia, donde sus adinerados padres se mudaron cuando era chico para intentar mitigar el fuerte asma de Ernestito, ya que el lugar es muy recomendado para enfermos pulmonares. La casa es un recorrido por la vida del Che, con fotos y objetos suyos. Incluso Fidel y Chávez estuvieron juntos aquí hace unos anhos. Me gustó especuialmente poder ver "La Poderosa", la moto con la que comenzó su viaje más importante por sudamérica junto a Alberto Granados, y que lo convirtió en "El Che". Me fijé bien en el recorrido que hizo, y una gran parte coincide con el nuestro. A parte de la figura mediática en que se ha convertido, y que haría que se removiera en su tumba si levantara la cabeza, el Che es la persona más increíble de la que yo he tenido conocimiento, y creo que debería ser onligatorio que los ninhos estudiaran en la escuela su vida y los valores que defendió hasta la muerte. Ya me estoy poniendo tontorrón...


"La Poderosa" me dejó esa cara de flipper

Seguimos hasta La Cumbrecita, un pueblo alpino entre bosques y ríos preciosos que se ha convertido en meca turística, y parece todo un decorado. Hace poco me enteré que es un pueblo en el que se escondieron los putos nazis después de la II Guerra, y donde vivieron felices y comieron perdices hasta morir. Si lo supiera hubiera dejado un buen cagao en medio de la calle como senhal de respeto. Volvimos a Cordoba y vimos la ciudad un poco. Nada interesante por mucho que nos la recomendaran. Creo que me estoy haciendo un poco exquisito a la hora de conocer sitios...
Otra noche en el bus, camino de las cataratas de Iguazú. Amanecimos en Resistencia, capital de las esculturas. Hay más de 700 por la calle y tal... no soy muy escultórico yo, así que nos fuimos pronto de allí. Antes vimos el museo de la memoria, donde se cuenta las bromas que le gastaba un tal Videla a la gente de por aquí. En todos lados hay hijos de puta que se dedican a enriquecer a unos pocos y hundir al resto del país: Franco, Mussolini, Aznar, Hitler, Fraga, los Papas, Bush, Pinochet y una larga lista de capullos. En Argentina les tocó Videla, que además de hundir económicamente al país con privatizaciones y huevadas que aún arrastran hoy, también se dedicó a reprimir y hacer desaparecer cualquier oposición, como buen dictador que era.
Esa misma tarde agarramos otro bus hasta un pequenho pueblo llamado Ituziangó. Esto ya era otra cosa, un pueblecillo típico, a la orilla del río Paraná, rodeado de selva, con calor húmedo y  muchos mosquitos, que debían echarme de menos, porque me dejaron los pies llenos de besos. No fue el único bicho que me picó al llegar. En la playa nos cruzamos con un perro hijodeputin. Me miró. Le miré. Y en cuanto pasó a mi lado, se giró y decidió tatuarme el gemelo.
Conocimos a un lugarenho muy majo, Gringo, que nos dejó sin dudarlo un segundo su canoa para explorar el río Paraná. Aunque más que un río, parece un mar. Remamos por la costa, viendo playas desiertas preciosas, y luego decidimos cruzar a una isla que hay en el medio. Nos aconsejaron no hacerlo, por las corrientes y tal, pero nos vimos fuertes, y al final no tuvo complicación ninguna. Después de explorar un poco la isla a lo Bear Grills, encontramos la única casa de la isla. Allí vivía tranquilamente Don Luis y su familia, totalmente apartados de cualquier signo de civilización. Me puse a hablar con él, y acabó dejándonos su caballo para dar una vuelta por la isla. Colorado es el Ferrari de los caballos. Sólo monté un par de veces, y siempre caballos acostumbrados a jinetes inexpertos, por lo que hacen un poco lo que quieren. Colorado no. A él solo lo monta Luis, y al más mínimo toque de brida va hacia donde quieres como un tiro. Por un momento me creí Bertín Osborne, y se me ocurrió darle un toque en la barriga para galopar....YYYIIIIIIIHHHHAAAAAAA!!!! Fran también se creció, y en un sprint el caballo pisó una mierda gigante, resbaló y se fueron los dos al suelo. Tuvo suerte y no le pasó nada. A Fran tampoco :)


Las hijas de Luis ensenhandome su lorito
Al día siguiente, mejor no haberse levantado. Igual que hay veces en que todo sale bien, otras sale mal. Los buses son carísimos en Argentina, sobre todo comparado con Perú y Bolivia, así que decidimos ahorrar un poco y hacer dedo. Después de 5 horazas al sol, desistimos. Acabé odiando y maldiciendo a los argentinos, y nos fuimos a la estación de bus antes de acabar apedreando un coche. El bus de la tarde era caro, así que compramos el de las 4 de la manhana. Pasamos la tarde en la playa, donde vi uno de los atardeceres más espectaculares del universo, compramos fernet, y nos fuimos a la plaza del pueblo a esperar. Conocimos a un simpático ituzianguenho, que después de invitarnos a hígado que le dieron de sobras en un restaurante, decidió llevarnos a "un buen garito". Allá nos fuimos, pero resulta que era un puti en toda regla. Juagamos un billar con las alegres senhoritas, y nos fuimos antes de que pensaran lo que no era. Vuelta a la estación y nueva putada. El bus pasó por delante nuestra sin darnos cuenta, no se si por el fernet o que, pero tuvimos que esperar hasta las 9.... ARGH! Era mejor quedarse en cama todo el día.
Finalmente llegamos a Iguazú echos asco. Descansamos un poco y salimos de fiesta con 2 de los del hostel, así que al día siguiente sólo nos dio para ver un poco el pueblo y descansar. El domingo madrugamos, y directos al "mayor espectáculo de sudamérica". Pensé que era una exageración, pero no. Tengo visto varios saltos de agua ya, pero esto es otra cosa, un espectáculo immmm-presionante. Hay que verlo, impone ver como semejante cantiad de agua fluye tranquilamente, y de repente, 70 metros de caída libre a lo largo de todo el ancho del río, que son varios cientos de metros. Había mucha gente, pero esta vez me dio un poco igual. Además hay muchos senderos y miradores: desde debajo, de lado, desde arriba... como diría Pablo Neruda, "un precioso sitio para hacer un asado".



A mi plim

En serio, hay que verlo

Y nada, esa misma noche a busear otra vez. Creo que ya soy inmune, llevamos mes y medio haciendo tramos de unas 12 horas cada dos-tres días. Es una locura, pero es la única forma de conocer lo máximo posible. Espero poder hacer más adelante otro viaje por sudamérica, pero con mucha más calma. Por ejemplo, llegamos a la isla de Santa Catarina, cerca de Florianápolis, y sólo llevamos dos días. Tendríamos que irnos ya, pero me niego. Sol, playas increíbles, tranquilidad y fiesta, gente tranquila y amable, surf y buceo todo el día, caipirinha de noche... buffff me quedaría aquí a vivir. Perooo, ahora hay que seguir. De momento, nos quda un día más de paraíso, y después, camino a Uruguay. Tiene el listón muuuuuuy alto.

2 comentarios:

  1. Juanolo hace banda q no leia nada...ya veo q seguis tu camino, c el fernet y compania. Me alegro q te haya gustado mi tierra en tu relato casi se me escapa un lagrimon jaja!!! los buses, los taxis, el subte, la comida, la vivienda ec etc etc etc etc ahi es todo caro, dolarizado... pero viste q lindo es mi pais!!!!
    Un bxote ya estas hexo todo un pelotudo!!!
    Maga

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  2. encantaríame escoitarte mentres estiveches na arxentina... se aquela noite cos arxentinos aqueles en costa rica (os que dicían que os fabulosos eran uns retristes), nunha media hora falabamos "ruaro, ruaro", a saber como falabas ti aí! rodeado de pelotudos!!!
    por certo, sigo morrendo coa envexa...
    un bico enorme, perraco!
    ainhoa

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